Hábitos de higiene.

Debemos crear y mantener durante toda nuestra vida rutinas de comportamiento higiénico. La educación física es el mejor lugar para adoptar estos hábitos de salud y de higiene personal

Debemos adaptar la ropa deportiva en función del clima, nos pondremos chándal en invierno y ropa escasa (camiseta y pantalón corto en el resto de la temporada). Es importante que las prendas transpiren bien, permitan movimientos amplios y sean cómodas. También veremos durante el curso que en función de la actividad que realicemos, tendremos que cuidar la equipación específica (por ejemplo: en natación: bañador, toalla...; en escalada: arnés, casco...)

Las zapatillas deben ser deportivas. Están diseñadas para la actividad física, ya que transpiran, son flexibles, llevan refuerzos en determinadas zonas, tiene un poco de tacón para amortiguar... Las zapatillas deben secarse al sol para evitar la proliferación de hongos.

Después del ejercicio físico es necesario que te cambies de ropa. No es saludable mantener sobre el cuerpo prendas que están húmedas por el sudor, porque podrías acatarrarte o tener problemas en la piel, irritación o infecciones. Por eso se recomienda cambiarse al menos de camiseta. Nuestro Centro cuenta con unos vestuarios adecuados para ello.

Una vez terminada la actividad física, debemos asearnos (Lavado de manos, cara y peinado). Los elementos que forman la bolsa de aseo son: toallita pequeña, jabón, un peine y colonia (esto voluntario y necesariamente en bote de plástico para evitar riesgos de accidentes).

Se trata de hacer un aseo divertido donde se aprovecha para concienciar de la necesidad de ahorrar agua y no malgastarla.

Asimismo se recuerda la necesidad de ducharse diariamente, como medida de higiene básica, así como el lavado de dientes después de cada comida, y cuidados generales como el cortarse las uñas.